Sascha es un profesor de instituto de treinta y pocos años. Hace seis meses conoció a Julia, una traductora, e inmediatamente supo que se trataba de la mujer de su vida. Un día, Julia viaja a Turquía para trabajar en una conferencia. Cuando Sascha acude al aeropuerto para recogerla, descubre que su novia nunca se montó en el avión que la traía de vuelta. Alguien le dice que Julia murió unos días antes mientras buceaba. Sascha se vuelve loco de desesperación hasta que un día la ve en unas imágenes de televisión. Ella forma parte de un grupo de varios europeos que han sido secuestrados en Iraq. Aunque las imágenes no son muy claras, Sascha está convencido de que una de las rehenes es Julia. Pronto comienza a mover hilos y a hacer todo lo posible para encontrarla. Esto incluye buscar en su pasado, lo que le lleva a hacerse varias preguntas: ¿Quién es exactamente Julia? ¿Por qué abandonó su carrera como arqueóloga? ¿Hay alguna conexión entre las excavaciones en las que trabajaba en Iraq y su secuestro? ¿Por qué nunca le dijo que había estado casada? ¿Está Julia relacionada con una mafia de arte?. Las autoridades germanas se niegan a ayudar a Sascha puesto que las imágenes de televisión no tienen suficiente claridad. Cuando vuelven a emitirse, esta vez de forma mucho más detallada, Sascha confía en que las cosas vayan mejor. En cambio, las autoridades siguen diciendo que no se puede identificar claramente a Julia y continúan negándose a hacer nada. En ese momento, Sascha se da cuenta de que está completamente solo. Vende todas sus posesiones y vuela a Iraq dispuesto a liberar a su novia a pesar de que en Alemania hay quienes tratarán de impedir que Julia sea puesta en libertad. Con la ayuda del marido iraquí de Julia, Tarik, consigue liberarla. Pero es entonces cuando comienza el verdadero peligro para Julia ya que círculos muy influyentes en Alemania saben que la joven tiene información que no quieren que se haga